MANUAL CERTIFICACIONES PROFESIONALES
CERTIFICACIONES PROFESONALES
Ponerse “la gorra de gestor” de proyectos no es fácil. Piense en el mejor
Director de Proyectos que conozca. Sí, ese que termina siempre sus proyectos en
plazo y por debajo del presupuesto, por el que se pelean los jefes, para el que todos
quieren trabajar, el que sabe anticiparse a los problemas (rara vez pulsa el botón de
“crisis”), a quien los clientes adoran. ¿Dónde cree que lo aprendió todo? No en los
libros.
Como toda disciplina compleja, la gestión de proyectos se aprende practicando.
Es este un aprendizaje continuo, cada nuevo proyecto es un desafío, y las verdaderas
lecciones son los errores cometidos.
DIRIGIR PROYECTOS ES COMO CONDUCIR
Convertirse en un buen Director de Proyectos no es inmediato, se aprende
practicando. En cierto modo, es como aprender a conducir:
Puede conducir un coche sin carné, siempre y cuando sea dentro de una
propiedad privada y los trayectos no sean largos. De la misma forma, al
principio de su carrera, puede acumular experiencia dirigiendo proyectos
pequeños o de poco riesgo.
Para sacarse el carné de conducir debe estudiar el código de la circulación,
superar un examen tipo test y una
prueba práctica. El equivalente en
gestión de proyectos es estudiar el
PMBOK® y hacer un duro examen tipo
test. Para obtener la titulación PMP® no
es necesario superar una prueba
práctica, pero hay que acreditar
suficiente experiencia habiendo dirigido proyectos en el pasado.
Después de obtener el carné, no se sale de la autoescuela sabiendo conducir,
sino que se aprende practicando ¡y hay muchos malos conductores! Tampoco
se convierte en mejor Director de Proyectos por obtener la certificación PMP®.
Para renovar el título cada tres años, es necesario mantenerse actualizado
pero sobre todo, dirigir proyectos.
Igual que al conducir debe respetar las normas de circulación, al dirigir
proyectos debe respetar el código de conducta profesional del PMI®, así como
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European Open Business School
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