GESTION DE RRHH
GESTIÓN DE RECURSOS HUMANOS
El dinero es realmente motivador cuando el empleado percibe que su
retribución refleja sus esfuerzos y su rendimiento. Por el contrario, tendrá un efecto
negativo si el trabajador cree que esta injustamente retribuido por su trabajo, tanto
si su retribución es mayor o menor que el nivel de su desempeño.
Para motivar mediante políticas o sistemas retributivos, no es suficiente
utilizar sólo los incrementos salariales, sino que para conseguir que estén
asociadas retribución y motivación, hay que tener en cuenta, además, la
configuración del sistema que se pretende aplicar. La aplicación de elementos de
flexibilidad que permitan ese alineamiento con los objetivos estratégicos suele ser
vista con recelo, ya que su negociación suele reducirse al incremento de sus
importes unitarios o a la creación de conceptos nuevos que permitan aumentar el
nivel de ingresos de los trabajadores.
Los sistemas de retribución para cumplir su función motivadora deben ser
por definición discriminadores. El sistema de retribución variable no sirve de nada
si paga lo mismo a todos los empleados sin tener en cuenta su aportación, el
compromiso o los resultados obtenidos por cada uno de ellos, o si su importe debe
ser, como consecuencia de la negociación colectiva, el mismo en un año en el que
la empresa ha tenido buenos resultados que en otro de crisis, y lo único que puede
decidirse es el reparto de la cantidad pactada entre los distintos empleados.
Como hemos indicado, pocos son los estudios sobre la motivación que
consideran la retribución como la principal causa motivadora, pero es igualmente
evidente que prácticamente todos la consideran como uno de los elementos que
influyen directamente en ella. Si quisiéramos destacar algún autor, de entre
quienes han estudiado los aspectos que influyen en la motivación, deberíamos
citar a Kurt Lewin que refiriéndose a la resistencia al cambio demostró que los
empleados trabajaban mejor y más motivados cuando se les permitía tomar parte
en la configuración de ese cambio. Esta idea ha sido aplicada por organizaciones
que, pensando en la implantación de un nuevo sistema retributivo, piden a sus
empleados que comparen el que existe en la empresa con el que se aplica en las
de la competencia. Ello sirve para resaltar posteriormente que en el nuevo modelo
ha participado una representación de la plantilla.
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