GESTION DE RRHH
GESTIÓN DE RECURSOS HUMANOS
La retribución tiene y ha tenido siempre una influencia muy importante
sobre la motivación de las personas, sobre su comportamiento y sobre sus
decisiones. Sin embargo, para que se mantenga esa influencia es necesario que
responda a las necesidades concretas de lo que van a recibir esa retribución.
Hay que tener en cuenta que las personas no se esfuerzan sólo por dinero
y que existe un importante factor subjetivo en lo que a la satisfacción del empleado
se refiere. A la hora de elegir esas recompensas deberá hacerse teniendo en
cuenta al trabajador, su edad, situación familiar y social etc.
Los intereses de los trabajadores y de su empresa, aunque a veces
coincidan, normalmente son diferentes, siendo normal que aquellos decidan
esforzarse para tener una actuación eficaz cuando la recompensa sea lo
suficientemente interesante. Entre dichas recompensas cabe diferenciar unas
intrínsecas y otras extrínsecas.
Forman parte de las primeras, los propios logros, el desarrollo
personal, mayores responsabilidades, autonomía para tomar
decisiones, disponer de más información, satisfacción en el
puesto y realización.
Entre las extrínsecas cabe diferenciar las financieras (dinero,
beneficios extra salariales, vacaciones, seguros) interpersonales
(reconocimiento por parte de la empresa, estatus) y
promociones (ascensos).
Por eso, y teniendo en cuenta que la retribución repercute en el nivel de
vida y en el estatus social de la persona, es muy importante establecer cuál es el
nivel retributivo que un empleado considera adecuado además de conseguir que lo
perciba en términos de equidad.
Por ello, cualquier paquete retributivo, tiene que conseguir que sus
destinatarios - los empleados - puedan constatar que dependiendo de cómo hagan
su trabajo- tanto desde el punto de vista cuantitativo como cualitativo-, así será la
compensación que reciban como contraprestación.
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