ESTRUCTURA E INDUSTRIA

25 Hedge Funds: Estructura e Industria

nos inversores institucionales, cuando adquieren participaciones de un fondo de cobertura, y ante la previsión de que dicho fondo pueda cerrar la admisión de nuevas suscripciones, nego- cian un cupo de volumen, es decir, piden que en el futuro, aunque sea imposible suscribir el fondo para nuevos clientes, ellos puedan continuar adquiriendo nuevas participaciones. Muchos fondos de cobertura, antes que cerrar definitivamente la admisión de nuevas suscrip- ciones de todos los inversores, sólo admiten suscripciones de clientes actuales, pero no de nuevos, evitando, de esta manera, que el patrimonio crezca en exceso. También es habitual que algunos fondos de cobertura exijan mínimos de inversión bastante altos, la mayoría de ellos por encima del millón de dólares. Es obvio que dichos importes sólo están al alcance de grandes fortunas o de los inversores institucionales. Una vez más, la figura del fondo de fondos de cobertura es muy adecuada para evitar, al menos en parte, los problemas de capacidad. A través del fondo de fondos se puede acceder, median- te cantidades modestas, a fondos de cobertura que exigen una suscripción mínima inicial muy fuerte; además, el fondo de fondos puede tener en cartera fondos de cobertura que actual- mente se encuentran cerrados a nuevas suscripciones.

13) A los fondos de cobertura, en ocasiones, se les acusa de provocar crisis financieras, de espe- cular y de no ofrecer ningún valor económico.

Los hedge funds son un producto polémico, se les ha acusado de estar detrás de muchas crisis financieras y, en especial, de muchas crisis cambiarias.

Por una parte, hay autores que afirman que los fondos de cobertura tienen mucho riesgo, inclu- so algunos periodistas que escriben en diarios de información general los denominan “fondos de alto riesgo”. Si bien es cierto que existen varios fondos de cobertura que han quebrado, sien- do el más conocido de ellos el Long Term Capital Management (LTCM), no es menos cierto que hay compañías cotizadas en bolsa que desaparecen o bajan estrepitosamente de valor y nadie se asusta por ello. El LTCM no es el único ni será el último fondo de cobertura que quiebra, pero eso no deber ser motivo para calificar a este producto como de “alto riesgo”. Como hemos visto, el sector de fondos de cobertura es muy heterogéneo, existen hedge funds que apenas usan apalancamiento y cuyas estrategias conllevan un riesgo muy bajo. Pensar que todos los fondos de cobertura son muy arriesgados es igual de inexacto que pen- sar que todas las compañías cotizadas son muy inseguras, debido a los desgraciados casos de algunas empresas como Worldcom o Enron. El colapso de un solo fondo de cobertura no debe ser causa de pánico; muy al contrario, debe hacer reflexionar sobre la importancia de la

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