6 Ética de las Finanzas 180718

87 Segunda parte

pide un préstamo y lo concede; entre la entidad financiera que vende un producto y el peque- ño ahorrador que lo compra.

El mercado de crédito tiene claramente tres líneas: 1) El mercado interbancario en el que los grandes bancos se prestan entre sí y reciben crédito de los bancos centrales. En este mercado se negocian los tipos de interés básicos que servirán de referencia para los créditos de los ban- cos con los clientes; es el origen del euribor para el euro o el libor para la libra; 2) El mercado de crédito de empresas grandes, muy limitado en el número de operadores pero de grandes volúmenes. El poder de negociación de las grandes empresas es alto, y a menudo se ejerce en negociaciones privadas bilaterales con uno o varios bancos; y 3) El mercado minorista, en que los individuos y las empresas medianas y pequeñas tienen acceso al crédito. En este caso el po- der de negociación de quien pide el préstamo es muy limitado, su capacidad de negociación se limita a visitar las distintas entidades financieras. Quizás por su asimetría, que se pone de manifiesto sobre todo en los mercados minoristas, una característica de los mercados financieros es su alto grado de regulación. Dada su impor- tancia para el funcionamiento de la economía, y conscientes las autoridades de la diferencia de información entre los mayoristas y minoristas, regulan el funcionamiento del mercado de forma que se mantenga la confianza en las instituciones financieras. Cuando un banco quiebra, la confianza en todo el sistema bancario se puede resquebrajar, y si el crédito se interrumpe, se paraliza la actividad económica con enorme daño social. Dadas las características de los activos financieros, estamos hablando de mercados basados en la confianza entre los agentes, que es tanto como decir confianza en que dicen la verdad, en que juegan con las mismas reglas que nosotros, y en que cumplirán sus compromisos.

5.4. LOS DEMANDANTES DE FONDOS

Veamos las piezas de este rompecabezas con otro énfasis: por una parte, los demandantes de fondos, empresas y gobiernos; y por otra, los oferentes de fondos, los ahorradores.

Las empresas necesitan financiarse para desarrollar su actividad. La financiación puede ser en forma de capital propio, en general acciones; o bien en forma de deuda: créditos bancarios o emisión de bonos. Para tener acceso a los mercados de acciones o a los mercados de deuda, la empresa ha de ser relativamente grande. Si la empresa es pequeña sus acciones no cotizarán en un mercado oficial y sus deudas tendrán la forma de crédito bancario. Desde el punto de vista de los accionistas de una empresa, la deuda tiene una clara ventaja sobre la emisión de nuevas acciones (ampliación de capital) para financiar sus inversiones: 1) mantienen el poder de la gestión de la empresa puesto que mantienen la propiedad; y 2) los intereses pagados

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