6 Ética de las Finanzas 180718
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Ese monopolio vuelve a la transacción menos libremente voluntaria de lo que hubiera debido ser para que se aplicara la valoración ética positiva propia de las relaciones de mercado. En últi- ma instancia, la libre voluntariedad de ambas partes es lo que nos garantiza que la relación de mercado será buena, que no habrá injusticia para nadie en ella. Como decían los antiguos y los medievales, volenti non fit iniuria : a quien participa queriendo no se le hace injusticia. En las relaciones de mercado podemos además preguntarnos por terceros, es decir, por aquellos que, sin ser partes del contrato, resultan afectados por él. El criterio de voluntariedad que aca- bamos de mencionar no se les aplica, porque nadie pide su permiso para entablar el contrato (precisamente por eso no son parte en el mismo). Sin embargo, resultan afectados en el sentido, al menos, de que su bienestar, quizás también sus derechos, son modificados por la existencia y el cumplimiento de un contrato del que no son parte. Este es el problema de las externalidades. Las externalidades hacen al sistema de mercado subóptimo: como alguien recibe perjuicio sin ser compensado, se produce más perjuicio del óptimo social; o como alguien recibe beneficio por el que no paga, se produce menos beneficio del óptimo social. Las externalidades plantean, además, el problema de justicia que ya hemos notado: alguien recibe beneficio o perjuicio de la transacción, pero no entró voluntariamente en ella. Quizás la única manera de asegurarse de que no le desagrada verse involucrado en esa relación a la que no ha dado su acuerdo explícito, sea la política. Pero esta es una manera imperfecta, porque con un solo voto para tantos temas, la persona no decide en realidad, sino solo elige representantes que elegirán por ella sobre una amplia gama de asuntos. En los mercados financieros la mayor parte de los problemas de justicia se plantean en torno a la ignorancia. Puede haber cuestiones de coacción, necesidad o compulsión, pero ellas afectan con más frecuencia a quienes están fuera de los circuitos de las finanzas formales y obtienen financiamiento de mafias, loan sharks y usureros diversos. Son muchas personas, sobre todo en el Tercer Mundo, que no cuentan con patrimonio o ingresos suficientes para entrar en los mercados formales. Para quienes sí tienen la facilidad de financiarse en mercados formales, el principal problema de injusticia se produce en torno a la ignorancia, y en algunos casos en tor- no a la necesidad de bienes muy básicos, característicamente la primera vivienda. En los mercados formales, los minoristas cuentan con la protección del Estado que regula esos mercados y los mayoristas cuentan además con sofisticados equipos profesionales que estu- dian los diferentes valores. Sin embargo el problema informacional de la justicia persiste. Como ya señalamos, una de las diferencias con respecto a otro tipo de bienes y servicios es la intan- gibilidad del producto negociado: la calidad de un préstamo no es evidente. La decisión de invertir se basa en información incierta y en muchos casos asimétrica, con una clara diferencia de información entre las dos partes que intervienen en la transacción financiera: entre quien
LECTURAS MFIA Ética de las Finanzas LIBRO 6
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