6 Ética de las Finanzas 180718

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Como en realidad en la operación financiera hay dos momentos involucrados, el del ahorro y el de la colocación de esos ahorros, cabe que uno de ellos sea mandatorio y el otro voluntario, de forma que los dos modelos anteriores no son necesariamente excluyentes. Así, en un sistema de pen- siones de capitalización individual la cantidad mínima ahorrada por el trabajador para su pensión puede ser obligatoria, pero la colocación de esos ahorros en un fondo u otro puede ser electiva. Por otra parte, la mediación entre el ahorrista y el usuario de los ahorros puede ser más o menos directa. La forma más directa de mediación ocurre en los mercados de dinero, donde concurren oferentes y demandantes para quedar de acuerdo en una tasa de interés y en los de- más detalles de cada operación. Pero, al igual que ocurre con otros mercados, pueden evitarse muchos costes transaccionales si quienes ahorran y quienes invierten no deben encontrarse y evaluarse uno a otro en un mercado financiero, sino que confían esa función a algún inter- mediario. Nacen así instituciones especializadas en la intermediación, tales como los bancos, las aseguradoras, los fondos de inversión, etc. Los ahorradores van a ellas con sus ahorros libres o forzados, y obtienen allí una rentabilidad que resulta de la colocación de esos ahorros con quienes no tienen dinero propio pero sí un proyecto para gastarlo. La intermediación entre quien ahorra y quien invierte puede involucrar a varios intermediarios, que se prestan el dinero sucesivamente, hasta que uno de ellos finalmente lo entrega a la fami- lia o la empresa donde se gastará. Por ejemplo, el banco invierte en un fondo, que participa en un “fondo de fondos”, que compra acciones que financian el capital de empresas. Una parte del rendimiento del dinero originado en su destino final, va a quienes lo ahorraron originalmente; otra parte se queda en esa cadena en forma de participaciones, comisiones y derechos diver- sos devengados estatutariamente por los intermediarios. La intermediación financiera puede así constar de varias capas, todas las cuales esperan una remuneración del uso final del dinero. El manejo del dinero a lo largo de la cadena de intermediación no solo supone que cambia de unas manos a otras sino que también lo hace en el espacio y en el tiempo. Con depósitos entregados a la vista en Londres, se pagan hipotecas a treinta años en París, de forma que la ca- pacidad de compra ha cambiado de ciudad y el ahorro a corto plazo se ha vuelto un préstamo a largo. Los lugares y los plazos en que ocurren ahorro e inversión no tienen por qué correspon- der, si una institución financiera convierte unos en otros y ofrece a todos la seguridad de que hará valer los plazos pautados para entregar y para exigir el dinero. Esa seguridad hace estadísticamente innecesario recobrar los ahorros si uno no los necesita para gastarlos o colocarlos mejor, y por tanto permite a los plazos largos darse como una reno- vación de plazos cortos, sea con el mismo dinero, sea con otro de vocación semejante. Asimis- EL MANEJO DEL TIEMPO Y EL ESPACIO

LECTURAS MFIA Ética de las Finanzas LIBRO 6

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