6 Ética de las Finanzas 180718

27 Primera parte

se reducirá finalmente a un juego variable de configuraciones de poder, quizás duro como el poder jerárquico, quizás blando como el poder de la opinión.

La alternativa que proponemos en clase de Ética es distinta: una decisión basada en razones universales, que puedan ser reconocidas por cualquier sujeto suficientemente racional. Detrás de las razones que cada uno ofrece, estarán sus sentimientos, tal vez sus intereses. Pero al darles forma de razonamiento universal se obliga uno a buscar por qué estos puedan ser interesantes también para los demás involucrados, independientemente de la distribución de poder entre ellos. Por otra parte, quien respalda las posiciones que adopta con razones universales, al mis- mo tiempo se compromete a aceptar las razones universales de otras posiciones, si son mejores que las suyas. Desciende del territorio del poder al de la razón, donde ya no necesariamente gana el más fuerte sino el que tiene mejores argumentos. Aunque al final la acción conjunta se dirima por alguna forma de poder, si durante la discusión se dejó espacio para que cada quien presentara sus razones, estas ya no pueden ser ignoradas sin dar una impresión de arbitrariedad. Tomar en cuenta esas razones para los acuerdos mejora la calidad de las decisiones. Ignorarlas, además de empeorar esa calidad, nos pone en manos de la subjetividad de los más poderosos entre los presentes. Esto no es raro en las organizacio- nes privadas. Cuando ocurre, en realidad las razones universales dejan de aparecer: los demás miembros del grupo entienden que es ocioso exponerlas, porque al final se decidirá no por ra- zones sino por poder, y lógicamente se autocensuran. Peor aún, puede ocurrir que el presentar razones universales traiga “consecuencias” para quien lo haga, y entonces lo que tenemos es censura abierta.

1.4. DIFICULTADES DE UNA ÉTICA DE LAS FINANZAS

La Ética que nos interesa, que es fundamentalmente la de las profesiones financieras en el con- texto de organizaciones, puede entenderse entonces como una conversación social continua basada en razones sobre lo mejor, lo debido, lo bueno, lo correcto, lo permisible, lo incorrecto, lo malo, lo peor, lo prohibido… con vistas a tomar decisiones prácticas en conjunto, o a reac- cionar a las decisiones y acciones de otros. Lo que se pretende en este libro es capacitar a los estudiantes para participar en esa conversación aportando razones universales y valorando las que otros puedan dar. Ello implica identificar y discutir racionalmente las cuestiones fundamen- tales derivadas de la dimensión moral de las finanzas privadas.

Elaborar una Ética de las finanzas no es cosa fácil. Probablemente sea la más difícil de todas las éti- cas de empresa, porque es la menos personal. Veamos algunos puntos centrales de esa dificultad:

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