6 Ética de las Finanzas 180718
233 Cuarta parte
• Excesiva confianza en las virtudes del mercado: autorregulación, transparencia…
• Poca visión de largo plazo: insostenibilidad de muchos proyectos, empresas, y del modelo en general si no se corrigen sus problemas. • Fallos clamorosos en los sistemas de control de riesgos, en la supervisión y en las agencias de calificación.
• Sobrevaloración de las virtudes del modelo financiero anglosajón.
• Falta de ética en muchos agentes.
• Fallos de fondo en los sistemas de incentivos y el gobierno corporativo.
Centrémonos en los directivos, quienes suelen tener sus propios objetivos, diferentes de los de la empresa (problema de agencia). Se establecen entonces sistemas de incentivos para alinear los intereses de los primeros con los de la empresa, estipulando compensaciones económicas y de otro tipo, que animen a los directivos a maximizar el valor de la compañía. Lo que ha ocu- rrido es que muchos de esos incentivos han funcionado de manera perversa, llevando a los directivos, en muchas ocasiones, a tomar decisiones que permitían una apariencia de creación de riqueza (lo que se transformaba en el correspondiente bonus ), aunque tal decisión fuera perjudicial para la compañía en el medio y largo plazo. Es algo parecido a lo que le sucede a un político demagogo y populista que propone una serie de medidas que gozan del favor popu- lar, aunque luego sean muy perjudiciales para el país. Lo anterior se junta a la desmedida ambición que, con frecuencia, se ha planteado como un va- lor positivo entre profesionales y particulares, y que la crisis no ha hecho más que poner en evi- dencia. Se han saltado muchas normas éticas y se ha actuado irracionalmente para incrementar la ganancia. Muchos consideraron que había que ganar a toda costa, muy rápido (trabajando nunca te harás rico, se suele decir), y como “todo el mundo ganaba mucho” había que correr. Hubo políticos que se quejaron, en plena burbuja, de que la caja de ahorros de su territorio cre- cía menos que las demás; y cajas que ahora son envidiadas por haber evitado el rescate, fueron tachadas por sus propios empleados de “antiguas” y “excesivamente conservadoras” cuando no se animaban a operaciones de activo o de pasivo realmente temerarias. La envidia suele ser mala consejera, pero la envidia juega su papel en el comportamiento eco- nómico de los agentes: en La Rioja se dice que es malo que le caiga pedrisco a tu viña, pero mucho peor si además no cae en la de tu cuñado. Trasladado aquí, ¿cómo vas a aceptar un depósito al 3% si a tu cuñado le dan el 8%?
Los inversores deben saber que si el tipo sin riesgo está al 2%, y alguien les ofrece el 8% segu- ro, tiene que haber “gato encerrado”, es decir: riesgo. ¿Por qué los particulares invirtieron en
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