6 Ética de las Finanzas 180718

232

gráficos con importantísimas consecuencias económicas (inviabilidad de muchos sistemas de pensiones tal como estaban planteados), y relacionado con esto el necesario replanteamiento del Estado del Bienestar, crecimiento espectacular de algunas economías mientras las hasta ahora más poderosas crecen menos o se estancan y otras parecen perpetuarse en la miseria, excesivas desigualdades de renta, insostenibilidad medioambiental, reubicación geográfica de los centros de poder económico… Pero no nos toca ahora estudiar todo esto, que sin duda tiene mucho que ver con el desarrollo de la crisis, sino centrarnos en los fallos del sistema, sobre todo a nivel financiero, que impiden que todas las personas logren el nivel de bienestar que deberían alcanzar, hecho que todavía se ha visto más acentuado por la crisis. Si distinguimos entre virtudes ejecutivas y morales (Hinman, 2008: 271) las primeras hacen referencia a fortalezas de la voluntad (perseverancia, valentía) y pueden usarse para el bien o para el mal, las segundas, como las primeras, son fortalezas del carácter, pero están ligadas a la bondad (como sería la compasión). Pues bien, la crisis ha puesto sobre el tapete que nuestros agentes económicos fallan en ambos tipos de virtudes: no han sido previsores (lo que podemos catalogar como una virtud ejecuti- va, una variante de lo que llamamos “prudencia” en el capítulo 3) y se han dejado cegar por el cortoplacismo; tampoco han sido moderados en sus aspiraciones económicas (lo que sería una virtud moral) dejándose guiar por la ambición desmedida, la avaricia y el egoísmo. Pensemos por ejemplo en la burbuja inmobiliaria española de los primeros años de este siglo: los precios de los solares subían, los precios de los pisos también, más y más solares se edificaban, más y más pisos salían a la venta, más y más créditos se concedían para su compra…, parecía un círculo virtuoso que creaba empleo y enriquecía a todos los que participaban en el juego. Sin embargo una per- sona previsora, que hubiera sabido abstraerse de la locura colectiva, hubiera comprendido que no nos podríamos seguir endeudando eternamente para comprar más y más pisos, y que en el momento en que se cortara el grifo de la financiación, se detendría la actividad y, en un efecto do- minó, todo se caería. Y este cortoplacismo se unió a una ambición desmedida de enriquecimien- to rápido, que llevó a nuestros agentes económicos (y a sus prestamistas extranjeros) a aventuras temerarias. Los bloques de edificios sin acabar perdidos por los campos españoles son un triste monumento a nuestra irracionalidad y a nuestra avaricia. Y razonamientos similares podríamos hacer sobre muchas obras públicas de la época, inversiones en ciertos productos financieros, etc.

LECTURAS MFIA Ética de las Finanzas LIBRO 6

Podríamos resumir los fallos de nuestro sistema en fallos políticos de diseño y fallos éticos de ac- tuación de los agentes. Con frecuencia, se ha dado una mezcla de ambos. Enumeremos algunos:

• Excesiva confianza en que el modelo de las finanzas teóricas funciona correctamente, y que los agentes buscando la maximización del valor, en un contexto de mercados eficientes, lograrían una óptima asignación de los recursos.

Made with FlippingBook - Online catalogs