6 Ética de las Finanzas 180718
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bilidad de diversificar riesgos, cuando las carteras de inversión no están muy correlacionadas, o de que una entidad grande y sana absorba a una pequeña en dificultades. Pero no siempre ha sido así: podemos recordar el caso de Bankia, donde los grandes eran los primeros que tenían problemas; o las fusiones de cajas con mercados muy parecidos, por motivos políticos. Como vimos en el capítulo 12, las entidades muy grandes provocan un alto riesgo sistémico, que al mismo tiempo las hace capaces de limitar la competencia. Entre otras estrategias poco claras de negociación, en algunas adquisiciones se han utilizado los “Esquemas de Protección de Activos”, por los que el Estado garantiza un valor mínimo para los activos adquiridos, de manera que el comprador traslada la parte mala del riesgo (el riesgo de pérdida) a la sociedad. En nuestra opinión hay ventajas en algunas concentraciones, además del aumento de la efi- ciencia debido a las economías de escala, pero se encuentran también serios inconvenientes que fuerzan a estudiar caso por caso, planteándose entre otras cosas si el riesgo sistémico no se incrementa por el proceso de concentración. Un problema largamente aludido cuando se ha tratado de rescates bancarios o de garantizar de- pósitos, es el “riesgo moral”: si los bancos creen que si llegan a tener problemas de solvencia las au- toridades acudirán en su rescate, pueden estar incentivados a desarrollar políticas muy arriesgadas, o incluso a esmerarse poco en la gestión de los recursos. También puede haber riesgo moral con los particulares que, al tener 100.000 euros garantizados en sus depósitos, busquen la entidad que les proporciona unamayor tasa de interés, sin preocuparse del riesgo que la entidad está corriendo. Muchas veces, una legislación o unas ideas bienintencionadas pueden tener consecuencias negativas, e incluso calamitosas. Así, por ejemplo, bastantes personas, animadas por altos idea- les, han propuesto la «dación en pago» en caso de fallo al pagar la hipoteca. De esta forma se ayuda al más débil y se castiga al banco que concedió un préstamo desproporcionado, a veces sin estudiar suficientemente las posibilidades de devolución por parte del prestatario. Pero si se permite esto, estamos cambiando, a posteriori y unilateralmente, las condiciones del contrato, lo que presenta grandes dificultades éticas. Podríamos hacer tambalearse al sistema financiero al encontrarse los bancos con muchas viviendas de escaso valor, e incluso al mercado de la vivienda, si todas esas viviendas se sacan a la venta. Esto llevaría a los bancos a otorgar menores créditos hipotecarios en el futuro y a encarecer la financiación, lo que puede entenderse en términos de mayor dificultad para acceder a la vivienda en propiedad, pero también de mayor prudencia por parte de la banca y sus clientes. En todas estas iniciativas hay que sopesar pros y contras cuidadosamente. Nosotros creemos que, en general, tenemos una legislación bienintencionada, lo que no quiere decir que siempre acierte. En los años previos a la crisis de 2007, nuestras autoridades bancarias, por ejemplo, per- mitieron excesivas facilidades en la concesión de créditos, muchos de los cuales, después, no
LECTURAS MFIA Ética de las Finanzas LIBRO 6
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