6 Ética de las Finanzas 180718
213 Tercera parte
Cabe preguntarse en qué medida estos no son sino los episodios esporádicos que han sido descubiertos y nos dan luz sobre comportamientos habituales, contrarios al espíritu y la fun- ción social de las empresas financieras.
LA COLUSIÓN DE LOS OPERADORES
El negocio bancario define un mercado de naturaleza oligopolista, por las ventajas financieras de ser grande que hemos mencionado. También la operativa en el mercado, especialmente en el internacional, constituye una situación de privilegio a la que es difícil renunciar. La posibilidad de manipulación de esos mercados ha quedado judicialmente patente en los escándalos de manipulación del Euribor y el Libor que se destaparon en 2013. Deutsche Bank, Societé Géné- rale, Royal Bank of Scotland (RBS), J.P. Morgan, Citigroup y el broker R.P. Martin recibieron fuertes multas, mientras UBS y Barclays fueron exonerados por colaborar con las autoridades. Los pocos operadores en el mercado de tipos de interés tienen el incentivo y la capacidad para establecer un tipo que les resulte conveniente a sus intereses. La repercusión para el conjunto de la sociedad de esta manipulación en los precios es incalculable: afecta la liquidación de pro- ductos derivados y los tipos que se pagan por préstamos e hipotecas. Pero estas prácticas frau- dulentas se han estado realizado en los mercados desde hace tiempo. En el mercado del Libor parece que se remontan a mediados de los 90. En el mercado español de la misma época, era conocida la manipulación del precio de los bonos para la liquidación de los contratos de futuros. En un mercado oligopolístico es fácil para los agentes que operan llegar a acuerdos sobre los precios. En el supuesto extraordinario de que se descubra la actividad fraudulenta, la penaliza- ción es ridícula comparada con los beneficios obtenidos; parece más un incentivo para seguir manipulando los mercados que un castigo. Las consecuencias a nivel individual son mínimas. Hay que ser un gran estafador como Bernard Madoff para llegar a una pena de prisión. Quien lo encubrió durante años, J.P. Morgan, simplemente pagó una multa de 1.700 millones de dólares. Otra situación ocurre en el mercado de materias primas, donde la banca de inversión ha sido la gran protagonista y ha conseguido grandes beneficios. Los mercados de derivados, cuya función original era la cobertura de riesgos, han pasado a tener una dimensión muy superior a las posiciones de contado. Como en cualquier mercado, aquí la especulación proporciona li- quidez al mercado: la mesa de tesorería de la banca ha sido la gran proveedora de liquidez para los mercados de petróleo, oro y trigo entre otros. La inmersión de la banca en los mercados de materias primas ha sido tal que ha acabado en posesión de activos físicos: almacenes de barri- les de petróleo y silos de trigo, por ejemplo. De nuevo se abren oportunidades para compor- tamientos deshonestos sobre los precios, e interrogantes sobre los riesgos. La concentración de poder en manos de los financieros va más allá de los tipos de interés o las bolsas, ha llegado
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