6 Ética de las Finanzas 180718

191 Tercera parte

Los nuevos clientes reciben precios más bajos para el mismo servicio. Pensemos, por ejemplo, que en los accidentes de tráfico el riesgo de deceso ha descendido de forma significativa en los últimos años, y con ello debería hacerlo la prima incluso de los seguros contratados por primera vez hace años. Otro problema más frecuente ocurre cuando el asegurador selecciona a sus clientes exclu- yendo, por ejemplo, a los grupos con ciertas enfermedades o estilos de vida de la cobertura general de sus seguros de salud. En este caso se plantea el problema moral del seguro como negocio más que como elemento de aseguramiento social. De hecho, el riesgo moral también existe entre el negocio asegurador y la sociedad en general. Cuando el Estado del Bienestar decae en Europa, es el tiempo para las empresas de seguros de entrar en los seguros de salud y en los destinados a la jubilación. Si en este momento de transición las empresas de seguros pueden discriminar a las enfermedades más complejas y las jubilaciones más onerosas, los servicios públicos corren el riesgo de quedarse con las operacio- nes costosas y los enfermos crónicos de larga duración. También los seguros de vida, los destinados a jubilación o planes de ahorro son una oportu- nidad de negocio para las empresas de seguro. El plan de pensiones privado aparece como la alternativa adonde la Seguridad Social no llegará. El problema ético no se plantea tanto con las empresas de seguro que gestionen el ahorro privado hasta la jubilación, sino en la dicotomía entre quien puede ahorrar y quien no, entre aquellos para los que la Seguridad Social será un mínimo y aquellos para quienes será su totalidad. Una vez cobradas las primas, la empresa aseguradora las gestiona en función del tipo de seguro. Un elemento determinante de esta gestión es el cálculo de las provisiones técnicas. Si bien es cierto que su determinación podría parecer muy aséptica, siempre hay unmargen demaniobra para que las provisiones puedan influir en los beneficios, y a través de ellos en la cotización de las acciones. Las decisiones de inversión financiera de las aseguradoras no están exentas del problema de herding behavior , el seguir a la mayoría, que aparece en otros inversores. Pero la aseguradora es responsable de largo plazo por el dinero que maneja, porque la madurez de las primas depen- de de siniestros, no del mercado. Ello puede implicar actitudes como la renuncia a resultados extraordinarios a corto plazo en una época en que se premia ir con el mercado, incluso ser más exuberante que él, porque cuando las cosas se tuerzan las consecuencias las sufrirá la empresa, y en último extremo quien ha pagado las primas con el fin de asegurarse. No dejarse llevar por los cantos de sirena es éticamente encomiable para un profesional, aunque quizá sea más fácil GESTIÓN DE LAS PRIMAS

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