6 Ética de las Finanzas 180718

177 Tercera parte

interés bajaron y las liquidaciones pasaron a ser negativas entendieron los clientes qué era realmente un swap .

En el caso español hay una circunstancia de conocida mala fe por parte de la banca, la colo- cación de “preferentes” al comienzo de la crisis de 2007. Las preferentes escondieron desde el principio la palabra clave: “acciones” preferentes. Los bancos con necesidades de capital propio las vendieron a los pequeños depositantes como si fueran un depósito a largo plazo, que po- drían recuperar cuando quisieran porque el banco les facilitaba liquidez. Cuando los deposi- tantes se enteraron de que esas acciones lo eran de empresas en quiebra fue demasiado tarde. El problema, como siempre, no es el producto financiero, sino a quién se vende y con qué criterio. Cuando la colocación de preferentes se hace a un inversor especializado, este se puede equivocar en la decisión pero a priori sabe los riesgos que corre. El problema fue la colocación a muchos pequeños ahorradores, presionados por el director de la oficina, sin capacidad para informarse y calibrar el riesgo adecuadamente. Descubrir que las acciones preferentes que ha- bían comprado no valían nada, fue identificar una estafa aparentemente legal. La asimetría de información con los depositantes se ha manifestado durante años al venderles productos estructurados, productos mixtos de renta fija y derivados. Se colocaban ofrecien- do al ahorrador incrementar su rentabilidad o darle entrada a determinados mercados hasta entonces cerrados para él. Ese área de desarrollo de productos ha proporcionado una gran rentabilidad a la banca. Por ejemplo, al cliente se le ofrece un depósito garantizado, que le garantiza el 100% de su inversión con la condición de que también adquiera una participación del 40% en la revalo- rización de un índice bursátil. La mayor parte de clientes de un banco no son conscientes de que están comprando una opción call ni de cuál es la prima que el banco les está cargando por esta garantía del 100% del capital. El cliente no sabe lo que es una opción call , y mucho menos tiene la capacidad de juzgar si el 40% de revalorización es poco o mucho; dadas las condiciones de mercado el banco tal vez podría ofrecer el 60% de revalorización en vez del 40%, y todavía ganar una comisión sustanciosa. Lo mismo ocurre cuando a un depositante le ofrecen una rentabilidad del 8% a dos años, muy superior a la de mercado. El producto está ligado a una acción que viene subiendo en los últi- mos años. Dentro de dos años, si la acción está por debajo del 90% de su valor actual el cliente recibirá el número de acciones que corresponden. Si la campaña de venta está centrada en la rentabilidad superior del producto, es muy difícil para el cliente ver los riesgos ocultos, que solo sufre cuando el precio futuro de la acción es bajo. El cliente difícilmente será capaz de valorar DISEÑO DE PRODUCTOS

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