6 Ética de las Finanzas 180718

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tramos aquí con una característica de muchas pymes de nuestro entorno: por ser el director financiero una persona con cierta cualificación (sabe de contabilidad, de impuestos, de legis- lación…), que posiblemente otros miembros de la empresa no poseen, acaba asumiendo una serie de responsabilidades como las que hemos ido comentando. Esto también lleva a que la responsabilidad, e incluso la soledad en algunas decisiones, sea más elevada. Pero además de tener más personal directivo y mejor cualificado, una gran empresa contará con asesores, contactos, volumen de producción, capacidad de reacción…, que le permitirán solucionar más rápido y mejor algunos problemas. En efecto: • En el caso de los envases que comentábamos más arriba, la gran empresa se enterará antes, incluso puede haber hecho “lobby” para introducir en la legislación los ingredientes per- mitidos que le interesan; y en todo caso, dados sus volúmenes de producción, no tendrá problemas para liquidar los viejos envases en el plazo que la legislación suele conceder para utilizarlos legalmente. • En el caso del vertido pasa algo parecido: al tener personal más cualificado y asesores ex- ternos, es probable que ese problema se advierta mucho antes y se solucione. También, su propia fortaleza económica le permite hacer rápidamente las inversiones precisas. Y, en último caso, sus contactos con la Administración pueden ayudarle a obtener un “trato favo- rable” si llegara a enfrentarse a una sanción. Diferente es el caso del paso a la economía sumergida. Cuando una gran empresa advierte graves problemas de competitividad, es difícil que se plantee sumergir una parte considerable de su activi- dad: ha habido casos, pero no es lo frecuente. Precisamente su tamaño, y con frecuencia el tipo de sector, se lo impiden. Los caminos para afrontar el problema suelen ser distintos tipos de diálogos con la Administración, la negociación con los sindicatos, los Expedientes de Regulación de Empleo (EREs), etc. A la hora de reducir la plantilla, las grandes empresas suelen ser mucho más contunden- tes que las pymes: eso puede tener la ventaja de que, ante una caída de las ventas, reducen rápida- mente los costes de personal disminuyendo substancialmente los“costes de subactividad”, aunque, en ocasiones, también tienen menos flexibilidad para adaptarse que una pequeña empresa. En una gran empresa la distancia entre los que toman las decisiones y los trabajadores es muy grande, lo que facilita actuar con frialdad en una reducción de plantilla. En una pequeña em- presa, la relación entre el empresario y los trabajadores es mucho más personal, lo que dificulta, en ocasiones, tomar tales decisiones. Pero esa misma relación promueve una mayor compli- • Similares razonamientos podemos hacer para el “informe de seguridad en el trabajo”del que hablábamos antes.

LECTURAS MFIA Ética de las Finanzas LIBRO 6

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