6 Ética de las Finanzas 180718
139 Tercera parte
pliendo con su objetivo financiero), y así crean riqueza. Dicho de otra manera, al imponer a las empresas el deber de maximizar su valor en el largo plazo, las estamos guiando hacia la eficien- cia en la utilización de los recursos, lo que es bueno para la sociedad. Pero todo esto lo hemos planteado dentro del libre mercado, con escasas alusiones a la inter- vención del Estado, y el Estado, pensamos, es necesario en la economía. Podemos apuntar tres grandes campos de actuación, que describiremos y comentaremos muy brevemente, no por su falta de interés, más bien al contrario, sino por salirse esta discusión de los objetivos del pre- sente texto. Así el Estado deberá: • Responsabilizarse de proporcionar los bienes y servicios que no ofrece la iniciativa privada, o lo hace de manera deficiente, en cantidad escasa y a un precio excesivo para el conjunto de la sociedad. Suele citarse aquí la seguridad individual y colectiva, la justicia, las obras y servi- cios públicos… Pero también podría hablarse de la sanidad o la educación para todos, las pensiones públicas, los subsidios de desempleo, la atención a las personas con dificulta- des… Aunque estas últimas prestaciones afectan claramente a nuestro tercer punto, como luego veremos. • Regular el mercado y hacer que lleve a la economía por la senda adecuada. La primera parte creemos que es poco discutible. Siempre habrá una polémica entre los que pretenden que el mercado se autorregule y los que prefieren una actividad clara de la Administración en este campo. En los años previos a la crisis hubo un importante movimiento contrario a la regulación pública y partidario de la autorregulación de los agentes privados, pero con la crisis que comenzó en 2007 y se consolidó en 2008 la mayoría de las voces han solicitado una mayor regulación, de manera especial en lo que se refiere a las actividades financieras (banca, seguros, mercados…). Nosotros pensamos que la regulación pública es necesaria (complementando la autorregulación), pero una excesiva regulación puede llegar a dificultar enormemente la actividad económica. Hay que buscar el equilibrio. Pero esto lo trataremos con más detalle en el capítulo 16. Más amplia es la función de guiar al mercado, que puede plantear estimular determinadas actividades o regiones, invertir en investigación, etc. • Redistribuir la renta . Pensamos que esta actividad es muy importante; de hecho hay bastan- te consenso entre los economistas en que el mercado es un buen instrumento para crear riqueza, pero no es tan bueno a la hora de distribuirla. Si dejamos campar al mercado a sus anchas, pronto habrá grandes desigualdades entre unos pocos muy ricos y las mayorías mu- cho menos afortunadas (Piketty, 2014). Por eso prácticamente todos los países de nuestro entorno tienen enérgicas políticas redistributivas penalizando fiscalmente al que gana más, tiene más o consume más y asegurando mínimos de bienestar a todos. Por supuesto, sigue habiendo quien reclama su derecho de propiedad, y repudia la intervención del Estado en
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