6 Ética de las Finanzas 180718
121 Segunda parte
• El elemento estructural puede cambiarse básicamente a través de la política y de las activi- dades con repercusiones políticas. También podemos decidir ignorarlo y no prestar mayor atención a tales condiciones sino contentarnos con ser satisfactores en ese campo: en vez de perseguir el éxito social podemos querer tener lo suficiente (de bienes, respeto, etc.) y dedicarnos al éxito en objetivos más privados. • El elemento situacional viene condicionado por el anterior, pero en realidad determinado por la estructura real de la empresa. Hablamos de su estructura real refiriéndonos a cómo son las cosas en realidad, no a lo que está escrito en los papeles. Dentro del mismo sistema y del mismo sector, hay empresas con estructuras muy distintas. Mientras se mantengan competitivas en los mercados que las afectan, en realidad esos mercados no van a dictarles su forma interna de hacer las cosas. La transformación de situaciones consiste muy a menu- do, por tanto, no en la transformación política del sistema sino en la transformación de las organizaciones, más al alcance de la mano. • Finalmente, en el nivel personal caben una serie de dinamismos por los que aprendemos a hacer un uso mejor de nuestras facultades morales. Nuestra intencionalidad puede afinarse para distinguir los proyectos buenos de los menos buenos; nuestra inteligencia puede hacer- semás penetrante para descubrir posibilidades de realización de esos proyectos donde antes la realidad aparecía como cerrada; nuestra libertad puede atreverse a abandonar ataduras. El aprendizaje moral, por otra parte, no ocurre solo con que se muestre razonadamente algo como bueno sino que también es preciso que se ponga de manifiesto que es posible. La mejor manera de mostrarlo como posible es realizarlo uno mismo; por eso el ejemplo desempeña un papel tan importante. Cuando no se trata de declarar lo que hay sino lo que debe haber, la autoridad moral de quien habla, que lo haya experimentado él mismo y lo muestre con su ejemplo, es muy importante. Estos tres niveles se encuentran evidentemente interrelacionados. Hay una cadena descenden- te por la que cada nivel condiciona al de abajo; y una cadena ascendente por la cual cada nivel construye al de arriba. Las organizaciones están hechas de personas; la sociedad política de las formas organizacionales intermedias en que se agrupe la gente. Por eso es significativo que la organización, la empresa por ejemplo, tome en cuenta también los antecedentes morales de los candidatos que considere para un puesto, no solo sus capacidades técnicas. Buenas perso- nas hacen una mejor empresa. Y también resulta significativo todo esfuerzo para mejorar las organizaciones. Buenas empresas hacen una mejor sociedad.
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