6 Ética de las Finanzas 180718
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Un conflicto de interés varias veces denunciado es el que se produce entre la gestora de fondos de inversión propiedad de un banco y los intereses del propio banco respecto a las acciones de este último. La gestora debe velar por los intereses de los partícipes de los fondos de inversión, sus pequeños inversores, que desearán que se adquieran las acciones con mayores posibilida- des de revalorización, pero al banco le puede interesar suavizar la caída de sus acciones en una determinada coyuntura bajista, haciendo que los fondos compren las acciones del banco. La dificultad consiste muchas veces en saber si las compras impulsadas por las gestoras en deter- minadas situaciones, se han debido a un interés “ilegítimo” por parte del banco o a la fe de los gestores en las acciones de su entidad. También se pueden producir conflictos de interés en el auditor que debe juzgar la calidad de la información contable de su cliente sabiendo que el cliente es al final quien le paga, o en la agencia de rating al calificar la solvencia de su cliente. Son frecuentes los conflictos de interés en el gobierno corporativo: muchas veces los conseje- ros tienen, de diferentes maneras, intereses en otras entidades; o puede haber conflictos entre mayoritarios y minoritarios, entre visiones de corto y largo plazo, etc. Desde un punto de vista ético, como regla general, lo correcto es actuar como nos hemos comprometido a hacerlo con aquel o aquellos que han delegado en nosotros. Así, el directivo se entiende que debe poner por delante los intereses de los propietarios que lo han nombrado, no los suyos personales, pero sin defraudar los legítimos intereses del resto de los stakeholders . En el caso de la auditoría o de la agencia de rating , su función es dar información fiable, y esa es su principal responsabilidad; mientras que el fondo de inversión debe guiarse por obtener la máxima rentabilidad para los partícipes. En la práctica, los conflictos de interés pueden dividirse en dos tipos: aquellos que surgen acci- dentalmente en el desempeño de una cierta posición corporativa, como puede ocurrir con el amigo que se nos acerca pidiendo un favor cuando estamos en nuestra función de empresa; y aquellos otros que están estructuralmente construidos en la job description del puesto o en las funciones de la organización, como es el caso del auditor externo que ha de responder en el mismo acto a la sociedad, a la empresa auditora que le paga y a la empresa cliente que él audita. Los primeros conflictos de interés es ciertamente mejor evitarlos, separando la esfera profesio- nal de la privada y ateniéndonos en cada una de ellas a los compromisos adquiridos allí. El se- gundo tipo de conflictos de interés es inevitable. La respuesta ética exige jerarquizar fidelidades y atender primero a la más alta, solo dentro de ese marco a la siguiente, etc. A ello contribuyen mucho los diversos protocolos acerca de cómo resolver los conflictos de interés típicos en cada situación: leyes, códigos de empresa, códigos profesionales… Pero además, es preciso que
LECTURAS MFIA Ética de las Finanzas LIBRO 6
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