6 Ética de las Finanzas 180718

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y hacer lo contrario constituye un fallo ético del sujeto. En la teoría neoclásica se supone que el sujeto normal, sin fallo alguno, actuará como agente de sí mismo antes que como agente de la empresa. Eso es lo que da lugar al problema teórico: lo incorrecto se vuelve lo esperado. Ya en los años sesenta del pasado siglo John Kenneth Galbraith (1967) nos hablaba de la tec- noestructura, que podemos entender como el conjunto de técnicos (economistas, abogados, ingenieros…) que gobiernan la empresa, muchas veces al margen de sus propietarios. Michael C. Jensen y William H. Meckling (1976) presentaron un estudio pionero sobre los problemas de agencia. Desde entonces muchos científicos del área de las finanzas corporativas, juristas, políticos o directivos empresariales han tratado este tema, haciendo sustanciales avances, pero nos encontramos, en nuestra opinión, muy lejos de resolver el problema, que es uno de los más importantes de la economía actual. ¿Cómo conseguir alinear los intereses de los directivos con los de los propietarios? Para respon- der a esta pregunta se han ideado diferentes mecanismos como los incentivos y los procedi- mientos de control. Si los directivos cobran parte de su sueldo en acciones de la compañía, en opciones sobre acciones, en participaciones en beneficios, en premios por los objetivos con- seguidos… será más fácil que se esfuercen en hacer la empresa más eficiente y más rentable. Pero esto también tiene sus problemas pues pueden fijarse en el corto plazo, logrando altos beneficios que repercutan positivamente en sus incentivos, sacrificando el futuro de la empre- sa: sería el caso de una compañía que descuida la inversión en investigación y desarrollo para mejorar los resultados a corto plazo o de otra que hace operaciones muy arriesgadas que com- prometerán la viabilidad de la empresa en el largo plazo, como sucedió con muchas entidades financieras antes de la crisis de 2007. Por otro lado tenemos los sistemas de control que con auditorías, definición de las capacidades de decisión, comisiones de control, limitación de retribuciones y gastos… tratan de acotar la autonomía de los directivos. Así por ejemplo, la auditoría vela por la fiabilidad de la información que los directivos proporcionan a los diferentes partícipes sociales o stakeholders , mientras que el control de retribuciones y gastos pretende que los responsables de la empresa no se adju- diquen cantidades exageradas de dinero. Con todo, los numerosos escándalos por cuentas falseadas o las desproporcionadas retribuciones de muchos altos ejecutivos nos hacen pensar que el sistema tiene mucho que mejorar. Un problema no resuelto es, a nuestro entender, que son los propios miembros del Consejo de Administración los responsables de aprobar sus incentivos y los sistemas de control. Los códi- gos de buen gobierno y la legislación nacional e internacional tratan de paliar estos problemas, pero todavía nos queda mucho camino por recorrer.

LECTURAS MFIA Ética de las Finanzas LIBRO 6

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