EL CIERRE DEL PROYECTO
EL CIERRE DEL PROYECTO
1. ¿Cuándo termina un proyecto?
Los proyectos terminan cuando los interesados ven alcanzadas o superadas
sus expectativas. En otras palabras, un proyecto acaba cuando los interesados están
satisfechos. ¿Puede haber un objetivo de finalización más ambiguo, impreciso e
indeterminado? Si bien en todo proyecto hay una amplia gama de interesados, con
quien más se necesita practicar el hábito de “gestionar las expectativas” es con el
cliente, que por definición es quien paga el proyecto. Podemos extender este grupo de
especial interés a los usuarios que habrán de usar el producto, servicio o resultado
final. Si no logramos que a nuestro cliente le interese el proyecto durante su ejecución,
o bien al final le sorprendemos con un resultado contrario a sus intereses, el proyecto
será un rotundo fracaso.
Un director de proyectos se distingue de un director de servicios principalmente
por una razón: Lo que gestiona, es decir, el proyecto, se termina en un momento dado.
Ya desde su inicio nace con ese objetivo: concluir antes de una fecha prefijada.
Además del objetivo temporal, hay otros objetivos no menos importantes, como son
terminar sin exceder un presupuesto, entregando una funcionalidad determinada,
consiguiendo que el producto sea “bueno” desde el punto de vista de la organización
solicitante, etc., pero quizá lo más distintivo de un proyecto es que empieza y termina.
Uno de los hábitos que se le pide a un director de proyectos es que comience “con el
fin en la mente”.
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