DIRECCIÓN DE RECURSOS HUMANOS
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La selección como eliminación
Partimos de concebir la selección como la elección de aquella persona o
personas que se consideren más aptas para desarrollar un determinado trabajo.
El proceso de selección está centrado exclusivamente sobre el trabajo y
trata de investigar y medir las cualidades y características de las personas,
eliminando aquellos que no alcancen el nivel exigido por aquél.
La selección así entendida es, fundamentalmente, más que la elección de
los más adecuados, la eliminación de los no aptos.
Se pueden utilizar dos criterios diferentes:
Fijar para cada requisito un nivel mínimo, por debajo del cual no
puede ejecutarse el trabajo correctamente, descartando a los
aspirantes que no lo alcancen.
Fijar para cada requisito un nivel máximo y considerar idóneos sólo
a quienes lo superen.
Este tipo de selección se considera útil cuando los aspirantes son excesivos
respecto a las necesidades de la empresa. Presenta el inconveniente de que
descarta a personas que podrían tener éxito en otras actividades, con el riesgo de
perder las probabilidades de su colaboración en la empresa ya que en un futuro
será más difícil que vuelvan a presentar su candidatura.
La selección como criba
Se trata de elegir el trabajo que mejor se adapte a las características de
una determinada persona. El proceso selectivo se centra en la persona, antes que,
en un determinado trabajo, e intenta averiguar qué tareas puede desarrollar con
éxito un candidato, en el momento presente o futuro, dadas sus cualidades y
características y el nivel de las mismas.
Esta concepción de la selección supone un estudio mucho más profundo y
completo de los candidatos, para averiguar y valorar sus capacidades,
características, aptitudes e intereses y relacionarlas con los requisitos exigidos por
el mayor número de actividades posibles.
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European Open Business School
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