CREACIÓN, EVALUACIÓN Y SEGUIMIENTO DE RIESGOS

CREACIÓN, EVALUACIÓN Y SEGUIMIENTO DE RIESGOS

2. SEGUIMIENTO Y EVALUACIÓN DE RIESGOS

La peor imagen que puede proyectar un director de proyectos es cuando

ocurre algo y él no lo tenía previsto, y se le ve nervioso, improvisando, alarmando

a todos, apretando el botón de “crisis”. Un director de proyectos quiere

problemas, no quiere sustos. Quiere ver los problemas venir, y tener preparada

una respuesta que aplicar cuando los problemas ocurren. No quiere improvisar.

El director de proyectos debe tener en cuenta que se le va a juzgar muy

mal si ocurre un problema importante que no tenía previsto. Para no llegar a dar

nunca esta mala imagen, lo que debe hacer es anticiparse, registrar los riesgos

con detalle mientras son meras abstracciones. Y sobre todo, debe comunicarlos

bien. Todo el grupo de interesados, especialmente el comité de gestión de

riesgos, el comité de seguimiento del proyecto, la PMO, etc., deben ser

conscientes de las amenazas, de su importancia y de la respuesta que se ha

decidido aplicar en caso de que ocurran.

Un director de proyectos no expone las incertidumbres empleando un tono

de “queja”, o bien para asustar al grupo de interesados, sino que comunica los

riesgos con un enfoque de madurez y objetividad. Su frase favorita es: “¿Tenemos

derecho a creer que esto va a ocurrir según lo esperado? Si no es así, tendríamos

que anticipar estas actividades. Si ocurre el problema, entonces tenemos que

prepararnos para ejecutar de forma efectiva estas otras actividades...” Esta

expresión de “¿tenemos derecho a creer?” es la llave para abordar la gestión de

riesgos con madurez.

La siguiente tabla resume algunas características que distinguen a un buen

gestor de riesgos de proyectos:

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