6 Ética de las Finanzas 180718

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CAPÍTULO 4 GENERACIÓN Y USO DE LA INFORMACIÓN

4.1. INTRODUCCIÓN

LECTURAS MFIA Ética de las Finanzas LIBRO 6

Las decisiones financieras se basan en estimaciones del futuro. La diferencia en las estimacio- nes justifica una parte significativa de las variaciones en las posiciones tomadas en los merca- dos. Si hay quien compra es porque hay quien vende, y viceversa; si todas las posiciones fueran semejantes, no habría mercado sino parálisis. La diferencia de posiciones en el mercado viene fundada en parte en la diversidad de proyectos financieros de los agentes: hay personas que tienen proyectos de inversión real como montar un negocio productivo o comprarse una casa; y hay quienes tienen proyectos de inversión financie- ra como comprar acciones, o bonos o derivados. Por otra parte, la diferencia de riqueza puede constituir una barrera; por ejemplo para invertir en determinados Hedge Funds (fondos de alto riesgo) se necesita un millón de euros, que no están al alcance de todo el mundo. Además dadas las mismas oportunidades de inversión, los agentes difieren porque su tolerancia al riesgo y sus requerimientos de liquidez son distintos. Y finalmente, incluso teniendo las mismas posibilidades de inversión y la misma aversión al riesgo, las expectativas de los agentes pueden ser distintas. En Finanzas se trata de estimar el rendimiento futuro de los activos financieros. Si el activo en el que vamos a invertir es real: iniciar una empresa, comprar maquinaria, invertir en tecnología, etc., estimaremos su rendimiento futuro en términos de costes y ventas; para luego calcular los flujos de caja asociados a esa inversión. Si el activo en el que vamos a invertir es puramente financiero y pensamos venderlo en el futuro próximo, como en el caso de las acciones o de los bonos, nos interesa saber si el precio subirá, bajará o se evaporará con el tiempo y si realizará los pagos inter- medios con regularidad. Si la decisión financiera es conceder un crédito, nos interesa estimar si el prestatario será capaz de hacer frente a los pagos con sus ingresos futuros. Para todo esto, como un barco que navega en el mar, hay que atender en general a dos aspectos: qué va a ocurrir con la economía (en nuestra alegoría, el tenor general del agua: su altura, si está tranquila o revuelta, etc.); y qué va a ocurrir específicamente con el agente de nuestro interés, aquel cuyos valores estamos considerando adquirir (si ese barco en particular navega bien o no). La información es fundamental para actuar en finanzas. De hecho muchos profesionales cen- tran su actividad en recoger y procesar esa información, que en última instancia determina las posiciones que tomemos, pero también la manera en que tratamos a los demás. Por ello los

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