6 Ética de las Finanzas 180718

239 Cuarta parte

PARA PENSAR Y DISCUTIR

1. Piensa en una comunidad de vecinos, ¿sería aceptable vivir en ella si no hubiera una regu- lación legal que definiera cómo se reparten los gastos de la comunidad entre los vecinos o cómo se deciden las obras a realizar? Aun existiendo esa regulación, ¿resulta agradable estar denunciando todos los días al vecino por dejar la basura en un lugar inadecuado o por poner la música a tope a altas horas de la madrugada? Para vivir en comunidad necesitamos tanto reglas como comportamientos cívicos espontáneos. Imagínate como cliente de un banco, donde haces depósitos, pides créditos, tienes tarjetas, depositas en el banco tus valores bur- sátiles…, ¿qué reglas debería cumplir y qué comportamientos esperarías de él? 2. Recuerda las condiciones que hemos comentado en la introducción para que se dé la compe- tencia perfecta (multitud de agentes, producto homogéneo, igual información…); si quieres acude a un manual de economía y complétalas. Con base en esas condiciones (simplificadas o más completas) compara el mercado inmobiliario y el bursátil. En ninguno de los dos se cum- plen tales condiciones al 100%, pero si vas viendo condición por condición, verás que hay gran diferencia entre un mercado y otro: homogeneidad de los productos, costes y trámites para realizar las operaciones, información disponible sobre el producto a comprar… Igual es bueno que trates de enterarte con cierto detalle de cómo funciona esto en uno y otro caso. En base a lo anterior, ¿cuál de los dos mercados se parece más a la competencia perfecta? ¿Te has fijado en que cuando un lego en la materia compra acciones de una determinada com- pañía lo hace sabiendo a qué precios compran o venden los profesionales?, ¿dónde crees que está más protegido el consumidor? 3. No cabe duda de que la libertad económica constituye un derecho fundamental de los seres humanos y que debe haber razones importantes para limitarlo. El libre mercado es una ins- titución que además de ser eficiente en la asignación de los recursos, permite a las personas ejercitar su libertad económica. Sin embargo hemos defendido en el capítulo que hay que regularlo. Piensa en cosas que consumas habitualmente: alimentación, ropa y calzado, ocio… y trata de establecer las reglas que se deberían respetar en alguno de esos mercados. Como consumidor es fácil que trates de “protegerte” imponiendo algunas limitaciones al vendedor, pero ponte también en su lugar y verás que si le sometes a muchas reglas igual baja la ca- lidad, o sube el precio, o simplemente cierra el local y se produce desabastecimiento. Verás que es difícil encontrar el equilibrio. 4. Piensa en cómo diseñarías una “autoridad económica mundial”. Puedes preguntarte, por ejemplo, cómo se elegiría: ¿por sufragio universal en todo el mundo?, ¿por un acuerdo entre los diferentes países? En este caso ¿qué peso debería tener cada país?, ¿sería proporcional a

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