6 Ética de las Finanzas 180718
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• Como también harán análisis usando información contable (y de otro tipo) los directivos de la compañía, para diagnosticar la evolución de la empresa, hacer previsiones y tomar deci- siones, o para controlar la ejecución de las mismas. • Otro usuario habitual son las administraciones públicas , para saber si la empresa cumple con sus obligaciones fiscales y de otro tipo. Y en ocasiones, los propios jueces, para conocer si se han cometido delitos. En nuestra opinión, es precisamente esta amplia variedad de usuarios, cada uno con sus legíti- mos intereses, lo que hace que la información contable, y sobre todo los criterios de valoración, sean muy discutidos y discutibles. Tengamos en cuenta que “valorar” tiene que ser normalmen- te difícil. En efecto, si hay un precio de mercado y se va a proceder inmediatamente a la venta del activo, la valoración parece sencilla: el valor será el precio de mercado. Pero muchas veces no existe un precio de mercado para el activo que se desea valorar, o no se va a vender ahora, por lo que la valoración se complica. Pensemos en un ejemplo: un socio de una pequeña empresa decide abandonar la misma y pacta con el resto de socios que le compren su parte a valor contable (si poseía un 20% del capital, debe- rían pagarle el 20%del valor del activomenos el 20%del valor de las deudas). El problema es cómo valorar el activo. Al socio que se va le convendría que el activo estuviera valorado a un precio alto, así cobraría más; pero los socios que se quedan prefieren un valor bajo para pagar menos. Por otro lado, un activo valorado muy alto podría dar lugar a un mayor pago de impuestos, mientras es fácil que los acreedores prefieran una valoración más prudente para no engañarse con una aparente solvencia. La dificultad consiste en que no hay un valor “indiscutible”, pues es complicado estimar cuánto va a producir ese activo en el futuro (que es la forma más correcta de valorar, como des- cuento de un flujo de fondos esperados) o saber cuándo y por cuánto se va a liquidar. En general, dependiendo del valor que se dé a los activos, se altera el resultado de la empresa: si al activo se le da un mayor valor contable, y suponemos que las deudas se mantienen cons- tantes, aumentará el valor contable que pertenece a los accionistas, por lo que (sin entrar ahora en detalles de técnica contable) se producirá un resultado positivo. Luego el resultado del ejer- cicio depende de la valoración que se dé a los activos, como también depende de ella lo que contablemente vale la empresa para sus propietarios. El problema es que no hay una forma de valorar objetiva que valga siempre. Pensemos en los problemas del sistema financiero español a partir de 2007: muchas entidades financieras tenían entre sus activos créditos difíciles de cobrar, pisos, solares…, que en una si- tuación de crisis económica iban perdiendo valor. Se han ido haciendo así diferentes ajustes a la baja en el valor de dichos activos, lo que ha llevado a algunas entidades a tener que ser “rescata-
LECTURAS MFIA Ética de las Finanzas LIBRO 6
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