6 Ética de las Finanzas 180718
141 Tercera parte
sus diversos grupos de partícipes. ¿Quién quiere adquirir prendas de vestir fabricadas en condi- ciones de explotación de los trabajadores, o cuyo proceso de producción ha dado lugar a una enorme contaminación? Muchos tampoco quieren invertir en empresas que fabrican armas o que violan los derechos humanos; han aparecido así los fondos éticos que evitan invertir en este tipo de empresas (capítulo 18). Tampoco es fácil que profesionales de prestigio acepten colaborar con empresas que incumplen sistemáticamente la legalidad (y de estos conocemos varios casos que rechazaron remuneraciones muy interesantes). En definitiva, si una empresa no cumple con sus stakeholders , y ello se sabe por causa de la transparencia, va a tener crecien- tes problemas para obtener cooperación social, y si quiere maximizar su valor cumpliendo con el objetivo financiero, no le quedará más remedio que rectificar su postura. Esto lo hemos visto en numerosos casos, tanto a nivel español como mundial. Además, contar con la información oportuna para que consumidores, inversores o colaborado- res puedan decidir adecuadamente, es un derecho que podemos basar en la idea kantiana de respeto y autonomía para tomar las propias decisiones. Hurtar o falsear la información a la que los decisores tienen derecho constituye una forma de manipulación. De todo lo anterior resulta fácil colegir que es bueno aumentar la transparencia mediante la educación, favoreciendo la costumbre de actuar con transparencia, potenciando la regulación voluntaria y dictando las normas precisas sobre transparencia. Para terminar este punto, no olvidemos que si pretendemos que el objetivo financiero sea una guía correcta para la asignación de los recursos es necesario que los mercados funcionen bien. Ello requiere evitar la mentira, el fraude, el abuso de mercado (como ya hemos comentado en los capítulos 4 y 5), protegiendo a quienes por falta de formación, información u otras razones pueden tender a tomar decisiones equivocadas. A lo largo de este capítulo hemos constatado la relevancia del objetivo financiero para la ac- tividad financiera en empresas y mercados, así como para la empresa en general. También lo hemos contrapuesto con la posibilidad de plantearnos múltiples objetivos, y hemos visto que ambos planteamientos pueden ser compatibles si al objetivo financiero le ponemos una serie de limitaciones y nos fijamos en el largo plazo; en tales condiciones el objetivo financiero cree- mos que se puede considerar perfectamente ético. Para que el modelo funcione es necesaria, además, una correcta intervención del Estado que proporcione lo que el mercado no ofrece, lo regule y redistribuya la renta; sin tal intervención podríamos encontrarnos sin servicios pú- blicos, rodeados de abusos monopolísticos o con diferencias insoportables en la renta de los 8.5. CONCLUSIÓN: AVANZANDO EN EL OBJETIVO FINANCIERO
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